En primavera toca guardar la ropa de invierno y quitar mantas y edredones de las camas. Antes de hacerlo, conviene lavarlos. ¿Que no lo hiciste? Mal, muy mal, debiste haberlo hecho antes de guardarlos, pero bueno, aún estás a tiempo antes de que llegue el frío en serio.

Lo primero que necesitas es una lavadora con capacidad suficiente para meter un edredón. Parece una tontería, pero la mayoría de las lavadoras que se venden son de seis, siete o, como mucho, ocho kilos. Con ocho ya podemos hacer algo, si tienes menos de eso olvídate, meterás el edredón a presión y no se lavará correctamente.

En EVVO tenemos modelos de siete kilos (2.7) pero también de nueve (3.9 y 3.9x) y de diez kilogramos (3.10 y 3.10x). Con este tamaño no tendrás ningún problema y podrás evitar la tintorería, ahorrar un dinero y dejar tus edredones como nuevos.

Lavarlos es muy sencillo. Lo primero es asegurarnos de que se pueden lavar. Parece de perogrullo, pero algunos rellenos solo admiten lavado en seco. Lo más probable es que el tuyo se pueda lavar.

- Si el relleno del edredón es de algodón o sintético: Utiliza un programa corto para prendas delicadas y lávalo con jabón suave (de manos por ejemplo) no con detergente ni suavizante. Puedes diluir el jabón con agua antes de ponerlo. No es necesario modificar el programa de prendas delicadas ya que el centrifugado es el idóneo para este tipo de tejidos.

- Si el relleno es de plumón o plumas: El proceso es muy parecido, usa un programa corto para prendas delicadas sin suavizante y con un jabón suave diluido en agua. Además del centrifugado del programa, te recomendamos que hagas al menos uno más a 800 rpm, ya que las plumas absorben más humedad que el relleno sintético. Un truco para lavar edredones es meterlo con 3 o 4 pelotas de tenis. Eso consigue que las plumas no se apelmacen.

Sécalos al aire y asegúrate que no tengan humedad antes de guardarlos.

Otra opción es usar una secadora EVVO (modelos 4.10 o S3.8) y limpiarlos con el modo AirFresh, que desodoriza, esteriliza y elimina olores de la ropa mediante un sistema de aire caliente a presión sin necesidad de lavado previo, para alargar la vida de tus prendas. Si no tienes una EVVO, mala suerte.

¡Corre que llega el frío!

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