Suavizar calzados de piel resulta ser una tarea sencilla y fundamental cuando nuestro objetivo es protegernos de las molestas ampollas y las irritaciones que a menudo acompañan el uso inicial de zapatos nuevos. Nos invade una preocupación recurrente a la hora de estrenar un par de calzados de cuero por el temor a los dolores y fricciones, en especial si la piel se presenta demasiado rígida.

Si te identificas con este sentimiento de inquietud, ¡tranquilidad! Te brindaremos unos consejos prácticos y eficaces que te permitirán disfrutar tus zapatos con el máximo confort, ya que lograrás flexibilizar el cuero de tus zapatos, botas y botines sin dificultades.

Aplicar crema hidratante o un spray dilatador para ablandar zapatos de cuero

Una de las técnicas más efectivas para suavizar el calzado de cuero consiste en la utilización de lociones hidratantes, siendo recomendables las de la marca Nivea o bálsamos para manos, dado su mayor contenido oleoso. Es crucial concentrar la aplicación de la crema en la región del talón y, en el caso de las sandalias, en el revés completo de cada tira. Con ello, lograremos un cuero más maleable, previniendo así las molestas ampollas. Empleando un aerosol expansor facilitamos y agilizamos este proceso. Basta con rociar una cantidad moderada del producto sobre el cuero y efectuar un suave masaje en la superficie; en un breve lapso, el calzado estará en condiciones ideales para su uso.

Caminar con los zapatos nuevos en casa

Uno de los errores más habituales al debutar con calzado nuevo es omitir el proceso de llevarlos primero en el hogar. Una vez que hemos aplicado loción hidratante en el zapato, es recomendable utilizarlos dentro de casa para facilitar su adaptación a la forma de nuestro pie y prevenir incomodidades cuando los usemos por primera vez. Si percibimos que el zapato o la sandalia nos aprieta excesivamente, un consejo eficaz es emplear un calcetín de deporte, los cuales suelen ser más acolchados, promoviendo así que el cuero ceda más fácilmente. Al momento de inaugurar zapatos es preferible no usarlos por tiempos prolongados durante las primeras jornadas.

  1. Estrena tus zapatos en el confort de tu hogar. Antes de estrenarlos en el exterior, es recomendable que los lleves puestos al subir escaleras, mientras permaneces de pie (por ejemplo, al preparar la cena, jugar con los niños, etc.), al sentarte o incluso al trotar ligeramente.
    • Consejo: esta técnica es el sistema más fiable para moldear tus zapatos nuevos de forma sencilla y delicada. Si posees unos zapatos elegantes de cuero o formales que no quisieras dañar, deformar o desvanecer su color, entonces esta es la solución más segura para probar.
  2. Emplea tus zapatos gradualmente y con frecuencia. Seguro que al probar zapatos nuevos antes de comprarlos, no sueles experimentar dolor en los pies, ¿cierto? Esto se debe a que no los has portado el tiempo suficiente para que causen molestias (ni se han ajustado a la forma de tu pie). Por tanto, para acondicionar tus zapatos en casa, comienza a usarlos frecuentemente y por cortos periodos, para no tener la necesidad de usarlos por largas horas antes de percibir algún cambio.
    • De hecho, inicia llevándolos durante 10 minutos cada vez.[1] Fuente de referencia Luego, por algunos días. Incrementa poco a poco, añadiendo 10 minutos más cada dos días, hasta que puedas usarlos cómodamente durante al menos una hora cada vez. Para ese instante, tus zapatos estarán perfectamente acondicionados.
  3. Lleva tus zapatos al lugar de trabajo. Usa zapatos viejos para el trayecto, pero una vez que te encuentres sentado en tu escritorio, cámbiate a los zapatos nuevos y acostúmbrate a sentirlos en tus pies. Este truco representa una forma efectiva de amoldar tus zapatos mientras optimizas tu tiempo.

  4. Utilízalos con **calcetines. Así descubrirás si necesitarás calcetines para usarlos en un futuro cercano. Además, podrás prevenir la aparición de ampollas mientras te habitúas al uso de tus zapatos nuevos.
    • Lleva tus zapatos con calcetines ligeramente más gruesos de los que acostumbras. Elige calcetines de algodón grueso y ponte los zapatos. Evita caminar distancias largas para no sufrir de ampollas. Simplemente permite que tus pies se mantengan dentro de los zapatos. El grosor del calcetín contribuirá a expandir el zapato.

Usar un secador de pelo para ablandar zapatos de cuero

La temperatura suave puede convertirse en tu mejor amigo para suavizar el cuero. Calza tus zapatos utilizando calcetines densos y administra el calor de manera gradual durante un lapso de 20 a 30 segundos. Procura que la intensidad térmica no sea excesiva y mantén siempre movimientos en espiral, así lograrás preservar la integridad del material.

Utilizar una bolsa de agua y congelador

La técnica del hielo es una estrategia ampliamente reconocida. Se basa en poner una bolsa sellada completamente (para prevenir escapes de líquido) en el interior del calzado y posteriormente colocarlos en el congelador por un periodo de tiempo prolongado. Una vez que el hielo esté sólido, extráelo y permite que el agua se licúe. Así, la piel se tornará más dócil y adaptable.

Rellena hasta la mitad dos bolsas tipo zip para bocadillos con agua. Verifica que las bolsas sean suficientemente amplias para ejercer presión dentro del calzado una vez se encuentren en el congelador. * Al sellar las bolsas de plástico, elimina cualquier burbuja de aire que contengan. Esto facilitará adaptar la forma del agua en la bolsa al interior del zapato. * Este procedimiento implica colocar tus zapatos en el congelador por un periodo extenso, durante el cual podrían humedecerse. Asegúrate de que los calzados seleccionados para este método no sean imprescindibles o propensos a dañarse con el agua.

Introduce las bolsas cuidadosamente en cada pieza del par de zapatos, asegurándote de que queden completamente selladas. No querrás descubrir tus zapatos recubiertos de escarcha al retirarlos del congelador.

Envuelve tus zapatos en una bolsa de plástico de mayor tamaño, ciérrala herméticamente y colócala dentro del congelador. La idea es que los zapatos tengan una bolsa pequeña en su interior que ocupa la cavidad y una adicional de gran tamaño que los proteja de la humedad externa.

Espera un lapso de entre 3 a 4 horas. Durante este periodo, el agua dentro del calzado se congelará y su expansión presionará las paredes del zapato para ensancharlo. La ventaja de emplear agua para este método es que tomará la forma exacta del interior del zapato con precisión.

Extrae los zapatos del congelador. En este punto, el agua en las bolsitas debería estar completamente congelada.

Retira con cuidado las bolsas de hielo de los zapatos. Puede ser necesario aguardar unos minutos para que el deshielo facilite su extracción.

Ponte tus zapatos para probarlos. Una vez se templen un poco, camina con ellos, y si son tenis o zapatillas para deporte, intenta también correr y trotar para comprobar su ajuste.

Utilizar una nuez para ensanchar la puntera

En ciertas situaciones, el extremo del calzado resulta demasiado ajustado y puede provocar incomodidad. Un consejo bastante útil y fácil de implementar para prevenir el malestar en dicha parte es colocar una nuez en el interior, lo que con el transcurso de las horas ocasionará que la parte frontal del zapato se ensanche.

Usar un martillo para contrafuertes armados

Ciertos calzados de piel se caracterizan por contar con contrafuertes más reforzados en comparación con otros. En caso de que los trucos o técnicas descritos previamente no sean satisfactorios, una recomendación es aplicar ligeros golpecitos con un martillo en esa parte específica del calzado. Al hacerlo, lograremos que el contrafuerte disminuya su rigidez y adquiera una mayor flexibilidad.

Hormas anatómicas

Como recomendación final, es posible aprovechar el uso de hormas anatómicas en el hogar, las cuales se insertan en el interior del calzado o alternativamente, llevarlos a un profesional zapatero. No obstante, antes de considerar esta alternativa, lo que sugerimos con énfasis es utilizarlos en casa aplicándoles previamente crema Nivea, dado que no existe una horma mejor que la de nuestro propio pie.

Es pertinente recordar que este método es especialmente útil para calzados cerrados como zapatos, botas y botines, en contraste con zapatos de diseño más abierto tal como las bailarinas o los zapatos de tacón, los cuales podrían ensancharse en exceso con una horma y resultar en que se nos salgan al caminar.

Molde para ampliar el espacio en zapatos de cuero

Estas técnicas tan sencillas para suavizar la piel de los zapatos son aplicables tanto para calzado femenino como masculino, ya sea recién adquirido o de colecciones previas que aún no se han moldeado a la forma de nuestro pie.

Ahora que conoces todos estos consejos, podrás despedirte de los temidos roces al usar por primera vez zapatos de cuero, y lo único que te resta es elegir cuál es el modelo perfecto para ti. Te invitamos a explorar nuestra tienda en línea de Carrilé, donde disponemos de una amplia gama de productos de las más destacadas marcas, para mujer, niño, niña o bebé.

Cómo ensanchar zapatos para evitar que te aprieten

Nuestros pies sostienen el peso de la vida, soportando la carga de nuestra existencia, y para afrontar tal tarea necesitan estar en óptimas condiciones. Experimentar inflamación en los tobillos puede ser extremadamente incómodo. No obstante, algo aún más irritante, y que también puede derivar en hinchazón, son los zapatos que nos quedan demasiado ajustados.

En previos artículos tocamos el tema de las uñas encarnadas, particularmente en “Cómo curar una uña encarnada”, donde destacábamos la importancia del calzado adecuado para la salud y fisiología de nuestros pies, subrayando la necesidad de evitar a toda costa el uso de zapatos que puedan causarnos lesiones.

Existen innumerable cantidad de consejos para lograr que nuestros zapatos cedan un poco y no nos provoquen molestias; algunos son remedios caseros sumamente eficaces, mientras que otros requieren de la intervención de expertos. Permítenos mostrarte cómo ampliar tus zapatos para que no te opriman, asegurándote un andar cómodo y placentero todos los días.

Hormas para ensanchar zapatos

Existe una extensa variedad de métodos para ensanchar el calzado, con el fin de prevenir la incomodidad por un ajuste excesivamente apretado. Algunos de estos métodos pueden ser agresivos, logrando expandir el zapato pero comprometiendo su integridad. Por tanto, descarta estas alternativas y opta por otras que son efectivas y no ocasionarán ningún perjuicio a tu calzado.

Una técnica ampliamente reconocida consiste en el uso de hormas específicas para dilatar zapatos. Este proceso implica llevar los zapatos a un zapatero local, quien colocará los zapatos en la horma correspondiente. Es crucial indicarle los puntos exactos donde el zapato aprieta para asegurar que la horma aplique presión adicional en esas áreas. Los zapatos deberán permanecer en el taller, pues necesitan estar incrustados en la horma por un mínimo de 24 horas para que la expansión sea eficaz, y será el propio zapatero quien ajuste la presión en los lugares señalados. Para maximizar la eficiencia del procedimiento, es recomendable calzarse los zapatos tan pronto como sea posible, permitiendo que la piel extendida se acomode con celeridad a la forma de nuestro pie.

Existen, además, productos especiales pensados para dilatar zapatos que ofrecen resultados sobresalientes. Son soluciones químicas diseñadas para expandir el cuero del calzado. Resulta sencillo adquirir dichos productos en tiendas virtuales o establecimientos especializados en zapatería; se trata de dilatadores en formato de spray, y su aplicación se realiza siguiendo las indicaciones proporcionadas por el fabricante.

Otro método altamente eficaz para ensanchar zapatos y evitar que opriman es la utilización de alcohol isopropílico. Emplea un pulverizador, llénalo con alcohol y rocía generosamente la parte exterior de los zapatos. Cálzatelos de inmediato mientras el alcohol se evapora y notarás cómo el zapato comienza a expandirse, moldeándose perfectamente a tu pie.

Ensanchar los zapatos en casa: métodos caseros

La humectación resulta un método muy eficaz para suavizar la piel, lo que facilita el proceso de ampliación del calzado. Empleando una tela húmeda, la introducimos en el interior del zapato, esperamos unos instantes y, al cabo de este tiempo, nos calzamos y caminamos por el hogar con ellos. Alternativamente, es posible colocar el zapato sobre un envase con agua en ebullición, dejando que el vapor haga su efecto. Acto seguido, nos ponemos el calzado y transitamos con estos puestos, para lograr un ajuste perfecto.

Existen otros métodos domésticos que incluyen poner el zapato dentro de una bolsa de polietileno y dejarla toda la noche en el freezer. Los retiramos justo en el momento previo a utilizarlos y encontraremos los zapatos ya ampliados, listos para ser usados bajo una completa comodidad.

Si te encuentras a punto de estrenar zapatillas deportivas de tela y sientes que te quedan justas, rellénalas con periódico ligeramente húmedo. Deja que el papel ejerza su acción durante la noche entera, y al despertar, comprobarás que tus zapatillas se han desahogado, permitiendo calzarlas sin que te resulten incómodas.

También puede suceder que las correas de las sandalias resulten ser algo estrechas. Una técnica realmente eficaz es aplicar crema hidratante en el interior de las correas, calzándote las sandalias con los pies ligeramente humedecidos y también con crema hidratante. Descubrirás que las correas no te causan molestias. Para que un calzado nuevo se acomode a tu pie, lo ideal es usarlo en casa previo a su primera salida. Utilízalo con calcetines gruesos y observarás cómo paulatinamente se va adaptando, garantizando así que para el estreno, puedas llevarlo con total confort.

En esas ocasiones en las que vas a lucir unos zapatos nuevos y adviertes que te están apretando demasiado, es recomendable que los uses con antelación de varios días para ir dándoles forma. Intenta ponértelos por una hora cada día; y si el primer día es demasiado, no hay problema, redúcelo un poco y poco a poco extiende la duración del uso. Notarás tras un tiempo que ya no te resultan tan ajustados y que el calzado cede. Hay que considerar que si los zapatos están muy ceñidos, es bastante probable que los rozaduras y ampollas aparezcan, así que lo más prudente es llevar calcetines, y en temporada de calor, medias delgadas son la solución perfecta para resguardarte de esas molestas ampollas.

Consejos cuando vayas a comprar zapatos nuevos

Aunque es conocimiento común la talla de zapato que llevamos, en ocasiones nos encontramos con calzados que resultan incómodos debido a la forma de su horma. La recomendación es adquirir zapatos durante la tarde, momento en que los pies están más expandidos, de esta manera percibirás si el calzado te resulta estrecho. Y no hay inconveniente alguno en optar por una talla adicional en ciertos tipos de calzado con horma ajustada. Descubrirás que no se deslizarán de tus pies, y al andar con ellos te sentirán ideales, como si fuesen de tu tamaño exacto.

ESTRENAR ZAPATOS SIN DOLOR

Disfrutar de zapatos nuevos sin dolores es factible con estos trucos y recomendaciones. Esta semana resolvemos las dudas más habituales que nos planteamos acerca de nuestros pies y los de los infantes al enfrentarnos a unos zapatos recién adquiridos.

No permitas que mitos infundados castiguen tus pies o los de los pequeños, y presta atención a lo que se recomienda hacer y evitar antes de estrenar calzado para niñas, niños, hombres o mujeres, así como los cuidados pertinentes para los pies en todo momento, ya que constituyen uno de los aspectos que mayor impacto pueden tener en la salud podal.

Experimenta la ilusión de un infante con zapatos recién comprados, olvida el temor y descubre cómo puedes usar zapatos nuevos sin sufrimiento. Estrenando zapatos sin sufrir

A todos nos encanta ponernos zapatos recién salidos de la caja, ese entusiasmo de lucir unos zapatos flamantes y usar calzado nuevo sin molestias puede tornarse en una experiencia negativa cuando comienzan a aparecer dolores o las temidas ampollas. Aunque para los adultos suele ser más sencillo detectar si un calzado podría resultar incómodo o causar incomodidades, en los niños este proceso puede ser más complejo. Por lo tanto, no te pierdas esta publicación la próxima vez que vayas a poner en uso un par de zapatos nuevos.

¿Si no me dolían los zapatos en la tienda, me pueden doler después en la calle?

Esta reflexión surge de forma habitual al encontrarnos en una boutique seleccionando un par de zapatos. Consideremos que solo los estamos calzando durante un breve lapso, quizás apenas cinco o diez minutos, y eso dista mucho de lo que será llevarlos puestos a lo largo de la jornada completa. Lo óptimo al adquirir zapatos nuevos, no importa si son de tacón, planos o si se trata de calzado infantil, es destinar un tiempo a usarlos en el confort del hogar previo a su uso oficial, evitando de este modo someterlos a un uso extenuante por horas en nuestros primeros pasos en el exterior.
En caso de que en el instante de probarlos en la tienda percibas cierta incomodidad, es prudente analizar si la sensación se debe meramente al rozamiento típico de lo novedoso, o si, por el contrario, el problema radica en que no se ajusta adecuadamente la forma, la amplitud o las costuras ejercen presión inadecuada. Calzado femenino

¿Cuál es el mejor horario para comprar zapatos?

Es recomendable seleccionar nuestros zapatos durante las horas vespertinas, o al menos probarlos en ese momento, puesto que tras una jornada entera, es común que los pies se encuentren ligeramente hinchados, evitando así la equivocación de adquirir unos zapatos que en la mañana parecían ajustarse perfectamente. Sin embargo, no debemos basar nuestra elección únicamente en esto, ya que podríamos enfrentarnos a la situación opuesta: un zapato que se sentía adecuado el día anterior, podría resultar holgado por la mañana. Una vez que hayas hecho la compra de los zapatos, independientemente de la hora, lo ideal es que los uses en casa antes de darles uso oficial, particularmente por la mañana tras bañarte, y verificar así que podemos inaugurar zapatos sin sufrir molestias.

¿Me pruebo los zapatos con calcetines o sin calcetines para saber la talla adecuada?

Al momento de considerar la compra de zapatos, y esto es crucial si hablamos de zapatos para niños, conviene llevar un par de calcetines que planeemos usar con dichos zapatos. No es lo mismo calzar un calcetín delgado de algodón escocés que uno deportivo, y el tipo de calcetín puede alterar la talla necesaria. Contrario a lo que se podría pensar, la selección incorrecta de la talla de zapato adecuada es la principal causante de rozaduras, tanto en los pies de adultos como en los de los más pequeños.

En el caso de las sandalias, lo ideal es probarlas con los pies al aire. Así, especialmente en las sandalias infantiles, podemos comprobar si las correas o empeine proporcionan el ajuste y soporte correctos.

¿Todos los zapatos ceden igual?

Todos los calzados no ofrecen la misma flexibilidad, dado que no resulta equiparable una zapatilla confeccionada en tela a una bailarina elaborada en cuero. Si un par de zapatos está fabricado con cuero artificial o material textil, no esperes que se estiren. No obstante, si los zapatos son de cuero legítimo, piel de becerro, gamuza, nobuk o inclusive charol, este último con mayor resistencia aunque posible, sí se adaptarán gradualmente al uso. El consejo más eficaz para propiciar que tus zapatos se amolden de manera anticipada es untar un poco de crema Nivea para manos en el interior del calzado y usarlos en el hogar con un par de calcetines gruesos. Además, considera que la única dimensión del zapato susceptible de ceder es en cuanto a ancho, así que si al medirte un par sientes estrechez en la longitud, presionando tu dedo contra la parte frontal, es indicativo de que requieres un número más amplio, para así disfrutar de estrenar tus zapatos sin malestar alguno.

¿Es bueno llevar los zapatos a la horma?

Ajustar los zapatos en la horma es una tarea que varía según el modelo de zapato y cuán ceñido nos resulte al pie o a la pierna. Si estamos ante un zapato cerrado, botín o bota que provoca que no logremos subir completamente la cremallera, este método puede ser efectivo. Sin embargo, no existe mejor horma que la proporcionada por nuestro propio pie; por ende, es aconsejable usar el zapato en casa, aplicándole crema hidratante en su interior y vistiéndolo con un calcetín, en especial si se trata de un zapato de tipo salón, bailarina o sandalia. En estos casos, el uso de la horma podría provocar que después los zapatos resbalen de nuestros pies.

En la situación opuesta, cuando se nos salen los zapatos debido a un pie más angosto o por encontrarnos entre dos tallas, es posible recurrir a las medias plantillas. Estas son frecuentemente empleadas en zapatos de salón, adaptadas para las jóvenes en las bailarinas y para los chicos en los mocasines. Lo que hay que evitar es el uso de plantillas en un zapato infantil excesivamente grande con la intención de que duren más tiempo. Un zapato amplio puede ocasionar rozaduras de la misma manera que uno pequeño por el constante roce al moverse el pie dentro del calzado.

¿Por qué un zapato me ha hecho rozadura la temporada siguiente?

La experiencia es usual al transitar de una temporada estival a la siguiente, especialmente con las sandalias. La piel de los zapatos, después de doce meses, tiende a secarse y endurecerse debido a la humedad y, frecuentemente, a un almacenaje inadecuado sin los protectores de papel y sin resguardarlas en sus fundas o cajas originales. Para prevenir el molesto roce, existe un secreto: aplicar crema de manos en la parte interna de las correas durante los primeros usos, con el fin de suavizar el cuero.

¿Todas las rozaduras las producen los zapatos?

Si has experimentado la aparición de una rozadura o ampolla tras llevar apretado durante horas el zapato, ya sea este recién estrenado o un viejo conocido, no siempre la culpa recae en él. Hay ocasiones en que las costuras del calcetín pueden ser la causa de este malestar, o quizás el haber permanecido excesivo tiempo de pie o con el mismo zapato a lo largo del día. Lo que es crucial es no abandonar precipitadamente ese zapato tras un único incidente de rozadura; más bien, se debe permitir una correcta cicatrización de la rozadura para luego darle una nueva oportunidad. De esta forma, también podremos determinar con mayor certeza si el zapato es realmente el responsable o no.

¿Cómo evitamos las rozaduras en verano?

El incremento de las temperaturas puede provocar el surgimiento de irritaciones cutáneas, especialmente debido al sudor o al contacto prolongado del pie húmedo con el calzado. Para prevenir las molestas rozaduras durante el estío al lucir sandalias, es esencial mantener una adecuada hidratación de nuestros pies y el interior de las sandalias utilizando una crema para manos. En el caso de optar por tenis deportivos o de tela, particularmente en niños, es imprescindible calzar siempre con calcetines de algodón. El hábito de llevar tenis de tela sin calcetines en época estival es una de las principales causas de rozaduras.

Pon en práctica estos trucos y recomendaciones al momento de seleccionar tu próximo par de zapatos o calzado infantil, y antes de darles uso por primera vez, para esquivar esas temidas y desagradables irritaciones cutáneas. De esta forma, experimentarás lo que es estrenar calzado sin sufrimiento. Si surgiera alguna duda adicional, estamos completamente a tu servicio.

Cómo ablandar unas botas o zapatos nuevos para que no te hagan daño (sin estropear el calzado)

Lograr poseer finalmente esas botas que habitaban en tus sueños y que en su estreno arruinen tus pies constituye una auténtica desgracia, y somos conscientes de ello. Te revelamos todas las estrategias disponibles para suavizar el cuero y prevenir que algún calzado te ocasione nuevamente contrariedades.

Calzar unos zapatos de piel flamantes puede convertirse en un martirio, generando ampollas y otras afecciones. Es común que el cuero sea robusto y nuestros pies aún no estén habituados a esa firmeza, por ende, lo idóneo es identificar la manera óptima de amoldar los zapatos nuevos para eludir el dolor. Si los Reyes Magos te obsequiaron unas botas Dr. Martens que adoras pero que son una tortura para tus pies, prosigue tu lectura para descubrir cómo flexibilizar las botas de cuero para disfrutar de mayor confort.

Existen múltiples alternativas para flexibilizar el cuero evitando así las molestas rozaduras y dolencias en los pies. La mayoría hemos recurrido alguna vez a deambular por el hogar con calcetines gruesos y calzado que aprieta para comprobar si ceden un poco. O aquel intento de insertar cucharas de madera como hormas caseras. Pero lo cierto es que existen otros trucos más eficientes para ablandar zapatos de cuero. Y, por supuesto, en el mercado existen productos diseñados específicamente para tal fin que podrían ser de tu interés. A continuación, te presentamos algunas recomendaciones para suavizar calzado de piel:

Aceite para suavizar los zapatos de piel

El primer paso esencial es verificar que el calzado esté completamente limpio. Para llevar a cabo la limpieza del zapato, usa una tela húmeda para quitar cualquier residuo de tierra o grava adherida. A continuación, frota con un trapo seco. Existen numerosos aceites ideales para suavizar el calzado de cuero o atenuar su firmeza, tales como:

  • aceite de visón
  • crema para artículos de cuero
  • aceite de coco
  • tratamientos específicos para zapatos
  • Aunque el aceite de oliva es preferido por muchos, hay opiniones de que puede dejar marcas grasosas y acelerar la degradación del material de cuero, de acuerdo con Wikihow.

Ablandar los zapatos con alcohol y vaselina

Sumerge una mecha de algodón en alcohol isopropílico y procede a masajear suavemente la superficie de cuero del calzado, tanto en su interior como en su exterior. Concede un tiempo de reposo de media hora para que surta efecto. Posteriormente, distribuye una delgada película de vaselina sobre el material; un cepillo dental puede facilitarte esta tarea. Una vez transcurrido un periodo adecuado para que el calzado se suavice, finaliza la limpieza frotando con un trapo limpio para retirar cualquier residuo de vaselina sobrante.

Ablandar el cuero con el secador

Apunta el flujo de aire caliente de tu secador de cabello hacia áreas específicas por un lapso de aproximadamente 20 segundos para flexibilizar la piel sin causarle daño, mientras que te colocas los zapatos utilizando calcetines gruesos. Este método que une el uso de calcetines voluminosos con un incremento de la temperatura facilita una rápida expansión. Espera a retirar los zapatos o botas hasta que la superficie del cuero se enfríe al contacto, lo que favorece la conservación de su nueva forma dilatada.

Agrandar unas botas con bolsas de hielo

Si tus botas de cuero resultan ser demasiado ajustadas, puedes recurrir al ingenioso método del congelamiento con bolsa de agua. Aquí te dejo la guía paso a paso:

1. Vierte agua hasta alcanzar la mitad en una bolsa de cierre estanco. 2. Sitúa la bolsa en el interior de la bota, asegurándote de que presione adecuadamente las paredes para obtener resultados. 3. Envuelve la bota en una bolsa secundaria y deposítala en el congelador. Deja que repose allí durante la noche, permitiendo así que el agua en la bolsa sellada se congele y aumente su volumen. 4. Extrae la bota del congelador y, una vez que el hielo regrese a su estado líquido, elimina la bolsa. En caso de que la bota aún se sienta ajustada, no dudes en repetir el procedimiento.

Consejos para cuando estrenas botas

  1. Calza las botas únicamente durante medio día al principio.
  2. Mantén siempre vendas adhesivas a mano.
  3. Evita ajustar demasiado los cordones para darle a tus pies un margen extra de adaptación.
  4. A fin de disminuir la aparición de ampollas a causa del roce, intenta untar vaselina en los pies o esparcir almidón de maíz en el interior de las botas y en los calcetines.

Como domar tus nuevas zapatillas de running

En la actual variedad de zapatillas de running del mercado, se halla una tendencia en el diseño enfocado a que se ajusten al pie con la precisión de un guante. Lo esencial reside en seleccionar el par más compatible con nuestras propias exigencias. No obstante, el apuro por darles uso inmediato puede derivar en contratiempos que obstaculicen el disfrute total de nuestras recientes adquisiciones en condiciones óptimas. Para acondicionarlas de manera eficaz, Carles Cenera de la tienda para corredores J’arribu, nos ofrece una serie de recomendaciones simples a seguir.

Al introducirnos en la tarea de escoger un nuevo par de zapatillas para correr, Carles Cenera subraya la importancia de dedicar el tiempo necesario para efectuar una elección informada en el establecimiento. “Previamente a la compra, es crucial asegurarse de que el modelo corresponda apropadamente con las particularidades de nuestro pie y lo que buscamos”, sugiere el asesor, quien prosigue explicando que “resulta fundamental verificar que el calzado se conforme correctamente al pie, eludiendo la selección de un par demasiado estrecho, pues al correr, el pie se ensancha y esto podría generar malestares en las uñas y otras áreas del pie”.

Paso a Paso: De Andar a Correr

Después de tomar la decisión más acertada, “lo más aconsejable es utilizar las zapatillas para andar, ya sea en el hogar o por la calle, dedicando al menos una hora diaria a lo largo de una semana, facilitando así la adaptación progresiva del pie al nuevo calzado y terminar de confirmar si verdaderamente optamos por el modelo más idóneo o si advertimos alguna falla que podría ocasionar molestias”. Cabe mencionar la plantilla que traen algunas zapatillas, ya que “algunos atletas pueden experimentar un sobrecalentamiento en la planta del pie en los primeros usos, situación que tiende a disminuir con el tiempo”.

A pesar de que Cenera afirma que “la calidad de los modelos actuales es suficiente para no causar contrariedades al momento de correr”, sostiene que, al igual que sucede con un par de zapatos nuevos, es necesario que el pie se adapte a la nueva forma del calzado para eludir problemas como roces, ampollas o lesiones. Por ello, desaconseja empezar a correr de inmediato tras la compra. “Las ansias de estrenar pueden resultar contraproducentes. Conviene más bien caminar con ellas durante unos días, periodo en el cual podrían aparecer leves incomodidades que se disiparán en unos dos o tres días. Ya en la segunda semana, será el momento oportuno para comenzar a correr con ellas”, menciona.

Al iniciar las carreras con las zapatillas nuevas, “es preferible empezar utilizándolas en sesiones de entrenamiento más suaves y de menor duración, y de manera gradual incrementar tanto la distancia como la intensidad de las mismas”.

Regla de Oro: No Estrenar en Día de Competencia

La adaptación a las nuevas zapatillas de running dependerá significativamente de nuestras sensaciones personales, permitiéndonos aumentar la carga de entrenamiento conforme nuestra experiencia. No obstante, cuando de competencias se trata, Cenera es tajante en su rechazo a estrenar calzado. “Especialmente en esas pruebas de larga distancia o para las que hemos preparado con esmero”, ya que unas zapatillas sin adaptar “pueden echar a perder todo el esfuerzo previo”.

En esta circunstancia, el experto sugiere “utilizar las nuevas zapatillas al menos entre 4 y 6 semanas antes del evento y haber completado un entrenamiento de distancia equivalente a la carrera que se va a disputar, previo a ponérselas el día de la competencia”.

Para las carreras de montaña, “el corredor deberá efectuar un ajuste más detenido y progresivo antes de probar las nuevas zapatillas en una rutina de entrenamiento regular o una competición”, plantea Cenera.

¿Qué problemas causan en los pies los zapatos apretados?

Aunque su aspecto pueda ser engañosamente atractivo, unos zapatos estéticamente impecables pero incómodos para andar podrían causar serios daños a tu bienestar. Desde el exceso de altura en los tacones hasta un calce demasiado holgado o ajustado, los inconvenientes podrían manifestarse rápidamente.

Estos son algunos de los problemas a los que podrías enfrentarte si optas por calzado que resulte estrecho:

  • Falta de estabilidad al momento de desplazarte.
  • Alteraciones en la forma de los dedos, que podrían incluir la formación de ampollas y la agravación de patologías preexistentes, como el dedo en garra.
  • Exacerbación de patologías en los pies, tales como la aparición o el agravamiento de los juanetes, el pie plano, los espolones calcáneos o la metatarsalgia.
  • A medida que pasa el tiempo, un desgaste progresivo y pérdida del tejido cartilaginoso de los dedos.

Consejos prácticos para estirar y ablandar zapatos de cuero

Considerando que queremos evitar la aparición o exacerbación de cualquier molestia en nuestros pies, lo más prudente es suavizar y dar flexibilidad al calzado de cuero. A continuación, te presentamos algunas estrategias útiles para que puedas lograrlo sin dañar el cuero.

Comienza a usarlos poco a poco

Aunque pueda resultar evidente, esta estrategia es tremendamente eficaz para eliminar la rigidez de los zapatos de cuero. El desgaste gradual hace que estos se vuelvan más maleables y agradables al uso.

Sin embargo, llevar calzado estrecho durante largas jornadas puede convertirse en una verdadera tortura. Así que, para esquivar la formación de dolorosas ampollas, empieza por calzarlos medio día. No olvides tener a mano un segundo par para poder hacer la sustitución.

Por supuesto, haz el cambio en cuanto sientas el más mínimo dolor en tus pies. Esto es crucial, independientemente de si has cumplido el tiempo que te habías propuesto. Tras esto, dales un respiro de 48 horas y prosigue con la práctica de medio día en días alternos.

¿El tiempo apremia o tu agenda no admite tantos cambios? Considera la opción de usar los zapatos por las noches mientras estás en casa. Además, es importante considerar que si los zapatos son nuevos y tienes en mente la posibilidad de retornarlos, limita tus pasos a zonas enmoquetadas.

El malestar en los pies causado por calzado ajustado puede conducir a problemas de salud más serios y complejos.

Reúne un par de calcetines y un secador de cabello

El calor es ampliamente reconocido por su capacidad para suavizar el cuero, una cualidad que lo convierte en uno de los trucos más eficaces para estrenar tus zapatos sin sufrimiento. Es crucial seguir estos pasos para asegurar el éxito:

  1. Ponte un par de calcetines gruesos y acto seguido, calza los zapatos.
  2. Dirige el flujo de aire caliente del secador durante 20 a 30 segundos hacia las áreas que generan mayores molestias.
  3. Opta por una temperatura moderada y mantén el secador en constante movimiento para prevenir daños en el material.
  4. Mantén puestos los zapatos hasta que se hayan enfriado por completo. Como sugerencia adicional en torno a esta técnica, es aconsejable aplicar un bálsamo especializado para cuero en el calzado una vez completado el proceso.

Prueba con estiradores de zapatos

Además de la temperatura elevada, los dispositivos de estiramiento también demuestran una alta eficacia. Pensemos en las hormas de calzado. A pesar de que existen modelos en madera o metal, se distinguen por su sencillez al momento de insertarlos.

Varias de estas hormas están acompañadas de sprays que ayudan a dilatar y suavizar las texturas. Solo es necesario situarlas dentro del calzado y permitir su funcionamiento. Las directrices proporcionarán información sobre la duración óptima de su uso.

Frota una cuchara por el material

Por supuesto, en tu hogar se esconde el remedio para esos zapatos de cuero que aprietan más de la cuenta. Dirígete a la cocina y toma una cuchara, y luego procede a masajear suavemente para ampliar aquellos sectores que causan incomodidad.

Es crucial abordar este procedimiento con cuidado para evitar dañar el material. La cuchara es idónea ya que simula la presión que ejercerían tus pies al caminar, evitándote el dolor y las molestas ampollas.

Rellena los zapatos con periódico

Este consejo puede que no sea nuevo, sin embargo, su eficacia permanece intacta. Toma hojas de periódico que ya no utilices y comprímelas hasta acumular la cantidad necesaria para rellenar el interior del calzado. Acto seguido, humecta levemente el papel. Evita encharcarlo, pues podría dañar severamente las suelas interiores.

Para finalizar, inserta cuidadosamente el periódico en el interior de los zapatos y déjalos airear en un espacio abierto. Recuerda extraer el periódico antes de ponerte los zapatos.

Intenta aplicar un poco de aceite

¿Conocías que el aceite suaviza y alimenta la piel de tu calzado? Es por eso que esta recomendación es clave no solo para eliminar esa sensación de dureza, sino también para mejorar su estética.

Entre los aceites más aconsejables se encuentran el aceite de visón, el de coco, el aceite especial para calzado y hasta el jabón específico para monturas. No obstante, asegúrate de que en su composición no figure el aceite de castor, el alquitrán de pino o cualquier sustancia perjudicial para el cuero.

¿El método para aplicar el aceite? Es realmente sencillo. Busca un trapo limpio y úsalo para envolver tus dedos, preferentemente el índice y el medio. Después, deposita una pequeña cantidad de aceite en la tela y masajea el calzado con movimientos rotativos.

¿Usar una papa pelada?

Podría parecer sorprendente, pero una patata sin piel resulta perfecta para moldear la punta de un calzado. Procede a pelar la patata, limpia con agua, sécalo bien y colócalo en el interior del zapato por el transcurso de la noche. Al seguir esta recomendación, conseguirás que el zapato se acomode y no resulte tan estrecho.

Consigue alcohol isopropílico y vaselina

Si estás considerando reemplazar el alcohol isopropílico por uno de tipo común, es importante que sepas que esto no sería recomendable. Con esto en mente, toma un poco de algodón, sumérgelo en alcohol isopropílico y frótalo suavemente sobre la superficie del calzado. Para lograr un acabado óptimo, no olvides extraer los cordones previamente.

Posteriormente, permite que el calzado se airee durante treinta minutos y procede a aplicar una capa de vaselina. En este punto, puedes utilizar un cepillo de dientes que ya no emplees. Completado este paso, deja que el calzado descanse durante toda la noche y al día siguiente, utiliza un paño suave para secar. Si percibes que el zapato mantiene su rigidez, no dudes en repetir este método.

Utiliza un poco de hielo

Esta técnica es ampliamente reconocida, aunque su eficacia puede verse reducida en el caso del calzado de cuero. Si estás dispuesto a probarla, procede de la siguiente manera:

  1. Toma una bolsa hermética y rellénala hasta la mitad con agua.
  2. A continuación, sella la bolsa y colócala en el interior del zapato, asegurándote de que ejerza presión en las zonas más ajustadas.
  3. Por último, deja el zapato con la bolsa adentro en el congelador durante la noche. Al congelarse, el agua se expandirá y, con ello, el zapato. El proceso de congelación podría ayudar a alargar los zapatos de cuero. No obstante, siempre es fundamental tener en cuenta la conservación del calzado.

Acude a un profesional

Si has probado todos los métodos posibles y aún los zapatos se resisten a ajustarse, ha llegado el momento de buscar ayuda experta. Dichos profesionales disponen de equipos y sustancias específicas para suavizar los materiales. Del mismo modo, es prudente recurrir a un zapatero reputado cuando se trate de calzado de cuero de primera.

¿Cómo saber si los zapatos no me quedan?

Una señal indiscutible de que los zapatos son estrechos es la disposición de los dedos del pie. Ante un calzado ceñido, los dedos no se dirigen hacia adelante sino que tienden a montarse unos sobre otros. En cambio, en zapatos que ajustan correctamente, los dedos se orientan hacia el frente y cada uno disfruta de su propio espacio.

Los zapatos que son demasiado estrechos pueden provocar lesiones serias en la salud podal, tal como el agravamiento de problemas ya existentes (como juanetes, pie plano o espolones calcáneos). Adicionalmente, se incrementan las chances de tener un percance.

Por lo tanto, si has adquirido unos zapatos de cuero que te resultan estrechos, te animamos a seguir nuestras sugerencias para ensanchar y suavizar el material. Algunas tácticas incluyen andar por casa, usar calcetines más gruesos con un secador, masajearlos con una cuchara o incluso rellenarlos con papel de diario.

Trucos para evitar el dolor con zapatos nuevos

Ante la mínima molestia, descarta la compra: El acierto comienza desde el primer contacto. Si los zapatos generan algún tipo de incomodidad en la tienda, descarta la idea de que se adaptarán con el tiempo y no procedas con la compra.

Opta por probarlos en horas vespertinas, ¿usando calcetines o no?: Durante la tarde, nuestros pies suelen expandirse, por tanto, la mejor hora para probar los zapatos es después de las 5 o 6. Es crucial que los uses con el tipo de media o calcetín que planeas llevar habitualmente con ellos, o sin nada, según el caso.

Aclimátalos en el hogar: Antes de estrenarlos, nada mejor que caminar con los zapatos por casa. Utilízalos varios días, identificando puntos de fricción para poder aplicar la solución idónea: desde tiritas en los talones hasta vaselina en zonas conflictivas.

Consulta con el zapatero: Si elegiste la talla adecuada pero persiste el dolor, tal vez se deba a un pie ancho o la presencia de juanetes. La solución es visitar al zapatero, particularmente con botas o calzado cerrado. Sin embargo, con bailarinas o sandalias no es recomendable, ya que podrían quedar grandes y provocar que se salgan del pie.

La salud podal es esencial: Los especialistas en podología sugieren un masaje nocturno con crema específica para pies, con tan solo 20 segundos es suficiente. Un baño de pies con agua caliente por aproximadamente 20 minutos y una exfoliación regular, tres veces a la semana, mantendrán tu piel flexible y resistente a roces y ampollas.

  1. Vaselina o lubricante: Para prevenir las rozaduras, emplea vaselina sobre los pies, enfocándote en talones y dedos, previo a ponerte los zapatos, y no cuando las ampollas amenacen con aparecer.

  2. Crema de manos para suavizar el interior del calzado: Un consejo tradicional y efectivo es untar el interior del zapato con crema de manos, prestando atención a los bordes y costuras.

  3. Expansión casera con zapatos y congelador: Uno de los remedios domésticos para ensanchar zapatos involucra colocar una bolsa de congelación llena hasta la mitad de agua dentro de cada uno. Una vez congelada, la bolsa se expandirá, al igual que el calzado.

  4. Rellenar con papel de periódico húmedo: Simplemente coloca bolas de papel de periódico mojadas dentro del calzado por un par de días o justo antes de utilizarlos.

  5. Dilatadores de zapatos: Los dilatadores son una excelente alternativa para zapatos que, siendo de la talla correcta, resultan incómodos en la puntera o laterales por una horma demasiado estrecha.

  6. Uso de antitranspirantes: A menudo, los zapatos incomodan debido a la sudoración del pie dentro del calzado. Los antitranspirantes, diferentes a los desodorantes de pies, son la solución más acertada para esos casos.

  7. Talco en polvo como alternativa: En ausencia de antitranspirante, un buen método tradicional es espolvorear los zapatos con talco, aplicándolo también en la planta del pie y entre los dedos para evitar la sudoración y disfrutar del calzado sin molestias.

  8. No olvides llevar tiritas en tu bolso: Un remedio clásico pero que en ocasiones pasamos por alto antes de salir de casa.

  9. Plantillas y parches antiampollas: Además de las tradicionales tiritas, en la farmacia es posible encontrar plantillas y parches antiampollas que resultan muy eficaces.

¿Estrenas zapatos? Tenemos la clave para evitar que te hagan rozadura

Por qué estrenar zapatos es una delicia… Si no fuera por esos molestos roces y ampollas que suelen provocar

El diseñador de la realeza Stewart Parvin ha compartido el enfoque que la propia Reina Isabel II de Inglaterra utiliza para enfrentarse a esta situación: “Los zapatos deben ser confortables desde el principio”, comentó al Evening Standard. “Ella dispone de alguien que los usa antes. La reina nunca debe manifestar ‘me incomodan, no puedo caminar más’. Goza del lujo de tener a alguien que los amolde por ella”.

Aunque nosotros no contemos con la ventaja de un asistente personal que nos suavice los zapatos, hay técnicas para amoldarlos sin lastimar nuestros pies.

Ponte los zapatos gradualmente
Aunque sea tentador salir a lucir los zapatos nuevos de inmediato, lo idóneo es, si puedes contener el impulso (y deberías), empezar a usarlos en casa con unos calcetines delgados. De esta forma comenzarán a coger la forma de tu pie.

Frota con una cuchara las correas y los talones
Emplea el dorso de una cuchara para frotar con ímpetu el talón del zapato o cualquier lugar que tienda a rozarte. Esto equivale a simular la presión que haría tu pie para suavizar las correas y esas zonas más rígidas antes de estrenarlos.

Utiliza el secador de pelo
Calza los zapatos con varios pares de calcetines. Enciende el secador y dirígelos hacia las áreas más ajustadas del zapato mientras doblas y mueves tus pies. Así se tornarán más maleables. No olvides mantenerlos puestos hasta que se enfríen por sí solos.

Incorpora unos ensanchadores
Son menos útiles para zapatos de tacón, pero para el calzado plano los ensanchadores de metal o madera hacen maravillas. En Amazon dispones de diversas opciones. Algunos vienen incluso con un rociador especial para facilitar el ensanchamiento. Simplemente ubica el ensanchador bien ajustado dentro del zapato y deja que haga su efecto durante un tiempo.

Llénalos con papel de periódico
Arruga hojas de periódico, humedécelas ligeramente e introdúcelas apretadas dentro del zapato –precaución: no las mojes en exceso ya que podrían dañar el interior de la suela–. Deja que sequen y sácalas antes de ponerte los zapatos.

Busca ayuda especializada
Sigue el ejemplo de la reina y acude a los expertos. En Londres, la zapatería preferida por Vogue es The Restory, donde además ofrecen un efectivo servicio para suavizar el calzado. Solo recuerda darles un margen de tres días para que puedan hacer su magia (desde 20 €).