Para saber cada cuánto se debe cambiar las sábanas, es preciso establecer prioridades, sobre todo de las diferentes circunstancias, como, por ejemplo, si se trata de una casa de familia, si se trata de una habitación en arriendo, si se trata de una persona sana o de una persona enferma y muchas otras.

Por lo general, la mayoría de las personas hacen cambios de sábanas semanalmente, pero esto es si se trata de una persona en condiciones normales, que se asee todos los días antes de ir a la cama, que no tenga ninguna enfermedad contagiosa o que le produzca algún tipo de derrames o si sufre de incontinencia.

Lo que sí es cierto es que el cuerpo despide efluvios y gérmenes que se quedan pegados, no solo en las sábanas y en las cobijas, sino también en los protectores de colchón, en las almohadas y en los colchones mismos.

Habida cuenta, aunque las personas se duchen antes de meterse en la cama, las personas sudan y emanan de su cuerpo y de su cabeza una cantidad de microbios y gérmenes que amerita un cambio de sábana regular.

Según el alergólogo y microbiólogo Philips Tierno, en una sábana y en las almohadas, se pueden alojar casi veinte tipos diferentes de microbios, razón de peso para estar alerta con la higiene corporal y el lavado frecuente de las sábanas.

Por tales motivos, toma nota de todo lo que comentaremos el día de hoy y así verás que cambiar las sábanas amerita prioridad en la vida de cualquier ser humano.

¿Cómo ponerse de acuerdo para la regularidad de cambio se sábanas y fundas?

Como quiera que ya dijimos que no se ponen de acuerdo y que hay diversidad de criterios dispares al respecto, digamos que la media prudencial, es de por lo menos una vez a la semana, eso si no es que sucede algo imprevisto.

Entre los imprevistos, puede ocurrir una micción involuntaria, el no haberte duchado antes de acostarte, por cualquier circunstancia, acortarte con el maquillaje sin retirar, después de hacer el amor u otros eventos que pudieran causar mayor exposición a los gérmenes que albergan las sábanas y fundas.

En cuanto a las cobijas, la cosa puede ser un poco más elástica, si tienes la precaución de arroparte directamente con la manta, sino que la colocas por encima de la sábana en uso.

Si se acostumbra dormir sobre la sábana esquinera directamente, esto es sin colocar ningún tipo de protectores, lo más lógico es que las sábanas esquineras se laven cada semana.

Esto es si tomamos en cuenta que se trate de una persona aseada, pero si las personas acostumbrar echarse a dormir sin bañarse, o al menos lavar sus partes íntimas antes de acostarse, estamos hablando de que las sábanas deberían cambiarse cada dos días.

Debemos hacer hincapié que desde todas las zonas del cuerpo salen gérmenes que tienden a anidarse en las superficies textiles, de modo que, desde el cuero cabelludo, a poco emanar, suele salir grasa, seborrea, caspa, y restos de humo o monóxido de carbono que se nos pega en la calle.

Incluso estos microbios que se encuentran en la ropa de cama pueden hasta causar cistitis, rinitis y otras dolencias y afecciones.

¿Qué sucede con nuestro cuerpo cuando estamos dormidos?

Cuando dormimos, quizás podamos dejar un hilo de saliva sobre las fundas de las almohadas, producto de la distención de los músculos faciales, algunas personas duermen con la boca abierta o semi abierta y dejan escapar una especie de baba viscosa, o saliva que por supuesto está totalmente infectada por gérmenes bucales.

Independientemente de que las personas puedan sufrir de caries o de alguna infección de la garganta, por muy sana que esté, la saliva es contaminante y hedionda. Esta saliva va a parar a las fundas de las almohadas cuando las personas están profundamente dormidas.

De los oídos puede salir cerumen, de las fosas nasales, también podemos soltar inconscientemente algo de mucosidad, y de las partes íntimas, algunas mujeres suelen emanar algunos flujos vaginales.

También en los pies, se acumulan muchas bacterias y estas bacterias y hongos suelen causar malos olores, los cuáles por supuesto se quedarán pegados a las sábanas.

La misma transpiración corporal, aunque haya frío, el cuerpo elimina toxinas a través del sudor y esto ocasiona mal olor desde la parte de las axilas y de todo el cuerpo.

Los colchones y las almohadas, se deben mandar a lavar por lo menos, una vez por año y la temperatura para lavar la ropa de cama debe fijarse en unos 60 grados centígrados.

Estadísticas de personas que cambian sus sábanas

Según unas encuestas realizadas en Inglaterra a unas 2.500 personas, la mitad de los hombres solteros aseguraron no haber cambiado sus sábanas en los últimos cuatro o cinco meses.

Otro 15 % aseguró que solo las lavas cuando se acuerdan o si se les derramaba alguna cosa encima y se veían obligados a cambiarlas o lavarlas sobre la marcha porque solamente cuentan con un solo juego de sábanas.

Las mujeres solteras suelen ser un poco más discretas en este particular y afirmaron cambiarlas con más frecuencia, pero ninguna acepta cambiarlas semanalmente como debe ser.

Pudiera ser que estén mintiendo por vergüenza a decir que son tan esporádicas como los hombres. Sin embargo, un 62 % aseguró que lavaba su ropa de cama cada 15 días.

En cambio, aquellas personas que viven en pareja, sí aceptaron cambiarlas al menos mensualmente, pero la realidad es que ninguna respuesta fue satisfactoria con respecto a lo que según la OMS trata de imponer al respecto.

Lo cierto es que, en los países fríos, la gente tiende a ser menos aseada con este tipo de circunstancias e incluso con su aseo personal. Las sábanas se deben cambiar semanalmente por lo menos, si las personas son suficientemente aseadas.

Se dice, aparte, que el 30 % de los británicos cambian las sábanas una vez al año, y eso es una exageración, y un exabrupto, porque el día que decida cambiarla, ya sería para botarla y no para lavarla. En este particular no se ponen de acuerdo los diferentes opinantes.

Limpieza y cambio de sábanas y toallas

Como sabemos tanto las sábanas como las toallas, son parte de la lencería de uso frecuente en una casa, o sea de uso diario, a menos que durmamos en hoteles o donde algunos familiares con mucha frecuencia, este tipo de textiles son de uso diario.

Habida cuenta de que el cuerpo humano es el mejor caldo de cultivo para las bacterias, los hongos y microbios de todas las especies, tenemos que tratar de no complicar más las cosas y tener un aseo personal diario y cambio de la ropa de cama semanal.

En todo caso, se pueden dejar las mantas de arroparse para recambio más esporádico, toda vez que estas mantas o frazadas no deberían tener contacto directo con la piel.

Incluso con la misma frecuencia que se lavan las sábanas, se deben lavar los pijamas y los calcetines con los que acostumbramos dormir.

Debemos hacer énfasis en que el lavado de la lencería, no solo debe realizarse a grosso modo, sino que se deben utilizar bactericidas y productos realmente efectivos para acabar con los posibles microbios que estén haciendo colonias en nuestra ropa de dormir y en nuestras sábanas y mantas.

Es conveniente además utilizar extractores de humedad en las habitaciones para evitar la proliferación de estos micro organismos que de paso pueden causarnos algunos tipos de alergias y otras enfermedades que pudieran ir de leve a grave.

En algunos casos por falta de aseo, estas bacterias pueden ir a parar al tracto respiratorio, alojarse en nuestros pulmones y hasta causar la muerte, afortunadamente no son muy frecuentes estos casos extremos, pero sí que se han visto.

¿Es aconsejable permitir que las mascotas compartan nuestra cama?

Definitivamente que no es aconsejable que ningún tipo de mascota comparta nuestra cama, a los animales, sean perros, gatos, conejos o lo que sea, se le pegan pulgas, garrapatas, piojos de cabezas o piojos púbicos más conocidos como ladillas, que también puede migrar desde sus cuerpos al de nosotros.

Casos se han visto y mediana frecuencia de personas, generalmente niños que acuden al médico con urgencias por un dolor de oído y se consiguen conque uno de estos animales, se les ha introducido por la oreja y ha llegado hasta la parte interna, causando fuertes dolores, y en otros casos se han descubierto hasta liendres o huevos de estos insectos.

Por otra parte, aunque estos no son animales que se puedan bañar a diario, sí, que hacen sus necesidades a diario y en sus pelos quedan siempre restos de heces que también irán a pegarse en la ropa de cama como si tal cosa, y ¿La higiene qué?

De modo que no debemos retroceder ni un centímetro cuando nuestros hijos nos consultan al respecto, so pena de salir de las mascotas si fuera necesario antes que permitir semejante atrocidad, de permitir que una mascota comparta nuestra cama, estaríamos a nada de compartir también nuestra mesa y ¿Entonces?

No se deben confundir los términos, cada cosa en su lugar, ni los zapatos van en la cabeza, ni los calzones en los pies.

Si no queremos minar nuestro cuerpo a través de nuestras mascotas con microbios e insectos que pudieran causarnos anemias perniciosas y hasta la muerte, lo mejor es mantener nuestras sábanas bien limpias y a nuestras mascotas en su propio espacio, con sus propias almohadas y con sus propias cobijas.

El cuidado de las sábanas no se limita a las lavadas

Si queremos ser un poco más cuidadosos con nuestra ropa de cama, no solamente debemos lavarlas y secarlas con secadoras eléctricas que las desinfectan, sino que además podemos sorprender a nuestra pareja en una noche loca de amor, colocando pétalos de rosa, aromatizadores, talco u otras esencias de olores afrodisíacos.

Pero más allá de estas extravagancias, sí debemos utilizar suavizantes de ropa en el último enjuague para que la textura quede muy suavecita al tacto y además con olores realmente agradables que nos invitarán a conciliar el sueño.

También podemos colocar estos aromatizadores en cualquier lugar de nuestro dormitorio para que todo el ambiente se impregne de fragantes olores.

Otro consejo muy útil es introducir dentro de las sábanas dobladas en el armario, ramitas de olor a lavanda y sobre todo esos sobrecitos que absorben el exceso de humedad, ya que en los closets suelen alojarse también algunas bacterias producto de las esporas que se desprende de algunos hongos.

Si es posible, las sábanas, almohadas y cobijas, así como los edredones, deben ser conservados mientras no están en uso, más bien en Aero Closets, que en lugares muy encerrados y oscuros para evitar la humedad y los olores desagradables a guardado, como dice la gente que no es sino el típico olor a moho.

Otras personas acostumbran por razones similares a las antes ya expuestas, a mantener su ropa de cama en bolsas plásticas individuales cada juego, de esta manera se protegen de la humedad y se evita que las trazas hagan de las suyas.

Esto también se puede evitar colocando bolitas de alcanfor entre los tramos y entre la misma ropa de cama doblada.

Para mejorar la calidad de nuestro sueño, es conveniente cambiar las sábanas con frecuencia

Esto es absolutamente cierto, es necesario dormir sobre sábanas limpias para poder conciliar un sueño profundo, si las sábanas están minadas de microbios, con seguridad vamos a tener picazón en todo el cuerpo.

Recuerden que los ácaros y otros micro organismos se pegan de los textiles y literalmente nos muerden, no será la primera vez, ni la última que pases una mala noche, producto de la picazón en todo el cuerpo, en la cabeza y hasta dentro del oído y en los ojos.

Si esto te está ocurriendo, cambia tu ropa de cama, date una buena ducha con agua caliente para que te relajes y colócate ropa de dormir limpia, ya verás como aumentarás la calidad de tu descanso y aumentarás las horas de sueño ininterrumpidamente.

También hay otros factores que vamos a ver más adelante, como el tipo de tela que debemos utilizar para nuestra cama.

Tipo de tela más apropiado para la confección de sábanas

Los tipos de tela más utilizados para la confección de sábanas es la permalina, la cual viene tanto en unicolor, como en una infinidad de estampados, sin embargo, en algunos casos, ciertas personas utilizan la seda natural, pero este tipo de tela es muy resbaladizo.

Otros tipos de tela utilizados para la confección de lencería de la cama, son el algodón y el percal; sin embargo, lo más importante no es el color ni el tipo de tela, sino la calidad de la misma, puesto que algunos tipos de tela forman motitas después de lavarlas, y esto es muy desagradable al contacto con la piel.

Por supuesto que lo más importante es que las sábanas estén bien limpias y tratadas con suavizantes aromáticos para conciliar un sueño reparador y profundo.