Ya sea porque nos vayamos a ausentar de nuestro hogar por unos días o porque haya llegado la temporada de verano, muchas veces tendremos que enfrentarnos al problema de la caldera de gasoil. ¿Es recomendable apagar la caldera de gasoil? ¿Apagamos la caldera antes de irnos?, ¿Conviene dejarla encendida? ¿Cuánta energía estamos desperdiciando?

Estas son preguntas frecuentes que, muchas veces, terminan dejando indefensa a ciertas personas sobre qué hacer. De hecho, ante la duda, mucha gente simplemente opta por apagar la caldera pensado que, de esta forma, se podrá ahorrar una mayor cantidad de energía y se evitaran posibles accidentes.

Al final del día, el mantener o no la caldera encendida no suele suponer un riesgo en caso de que nos encontremos o no en la vivienda. En el peor de los casos, si ocurre algún tipo de fuga de agua en las tuberías, entonces si podríamos esperar que ocurra algún daño.

En caso de que todo el sistema se encuentre en buen estado, realmente no tendremos que preocuparnos de nada.

Ahora bien, en cuanto al tema energético, la cosa es diferente. Quizás lo más instructivo sea comenzar teniendo claro los tipos de caldera que existen y algunos elementos relacionados a estas que juegan un papel importante en esto de ahorrar energía y el apagado de la caldera.

Tipos de caldera de gasoil

A continuación, vamos a comentar los tipos de calderas más importantes.

Caldera de gasoil de solo calefacción

Este es un tipo de caldera el cual ha sido diseñado especialmente para poder calentar los radiadores, permitiendo que tengamos acceso únicamente a agua caliente para la cocina, el cuarto de baño, la ducha, entre otros. En este caso, la instalación va a requerir de un acumulador.

En el caso de que tengamos este tipo de calderas en nuestro hogar , lo más recomendable es que el acumulador se mantenga en una zona con un muy buen aislamiento y que, además, sea capaz de calentarse y funcionar correctamente sin la necesidad de contar con la ayuda de la caldera.

De esta manera podremos ser capaces de detener el funcionamiento de caldera en las típicas épocas de verano o en cualquier otro momento en donde la calefacción no sea algo indispensable en nuestro hogar.

Los acumuladores que son independientes de la caldera se pueden encontrar con una resistencia eléctrica integrada que precisamente les permite calentarse sin la necesidad de contactar con la caldera.

Calderas de gasoil inmediatas

Las calderas que funcionan de forma instantánea suelen ser las más económicas que podremos encontrar en el mercado. Este tipo de calderas se caracterizan por poder producir agua caliente tanto para todo el sistema de calefacción, como para los grifos que se encuentren en funcionamiento en la vivienda.

El mayor inconveniente de este tipo de calderas de gasoil inmediatas es que hace falta que se encuentren a una temperatura considerablemente elevada en la mayoría del tiempo para poder producir de manera correcta la cantidad de agua caliente necesaria. Esto significa que es necesario que este tipo de calderas se encuentre en todo momento funcionando.

En otras palabras, tendremos que estar consumiendo gasoil de forma ininterrumpida todo el año. Esto convierte a este tipo de calderas en una de las más ineficientes que podremos encontrar en el mercado.

Caldera de gasoil y acumulador de agua

Se podría decir que este tipo de calderas se encuentran en un punto intermedio entre los dos tipos que hemos mencionado anteriormente.

El elemento más característico de este tipo de calderas es el hecho de que incorpora un acumulador de agua el cual suele tener un muy buen aislamiento, permitiendo con esto un mayor ahorro de combustible a largo plazo.

Ahora bien, el principal problema que encontramos en las calderas de gasoil y acumulador de agua es el hecho de que, para que funciona debidamente, es necesario mantenerla encendida todo el paño para poder asegurarnos de tener agua caliente en toda la vivienda.

La importancia del termostato

Uno de los complementos más importantes y que no debe faltar en nuestro hogar si ya contamos con una caldera es, como no, el termostato de ambiente.

Toda caldera necesita uno de estos aparatos pues, en esencia, es quien le permitirá arrancar la bomba de calefacción y permitir que llegue el agua caliente a los radiadores o, en caso de tenerlo, a los suelos radiantes.

Lo anterior mencionado nos deja clara una cosa: el termostato juega un papel muy importante en todo lo referente con el ahorro de energía y, por tanto, de la calefacción en nuestro hogar. Esto hace que sea de suma importante el tener muy en cuenta el tipo de termostato a instalar junto a nuestra caldera.

Tipos de termostato

Los termostatos son una parte más que esencial para el correcto funcionamiento de la caldera. Ahora bien, es cierto que, a grandes rasgos, podremos llegar a encontrarnos dos tipos de termostatos y, para evitar pasar malos ratos, más vale que tengamos muy en claro en qué se diferencian.

Termostatos de ambiente que pueden ser programados

Por medio del uso de lo que podríamos denominar como un termostato digital , es posible llegar a tener un control considerablemente grande de lo que viene a ser ajustar el nivel de la calefacción.

Por ejemplo, por medio de este tipo de termostatos podremos ser capaces de programar tanto un arranque como un alto al proceso de calefacción y, de esta forma, evitar tener que hacer un uso más directo para subir o bajar el nivel de temperatura en nuestro hogar.

Todo esto quiere decir que, por medio de este tipo de termostato, podremos ser capaces de obtener un mayor confort en lo que se refiere a mantener una buena temperatura en función de las necesidades que tengamos, al mismo tiempo que, debido al mayor grado de control, podremos ser más eficientes, lo que nos hará tener un mayor ahorro a largo plazo.

Termostato de ambiente que no puede ser programado.

En este caso, este tipo de termostato suele está presente en la forma de la clásica rueda que, de forma manual, nos permite manejar la temperatura ; subiéndola o bajándola en función de las necesidades que tengamos en nuestra vivienda.

Esto quiere decir que, de forma manual, podremos controlar cuando se podrá en marcha la calefacción.

Como es lógico, el mayor problema con este tipo de termostatos es que requiere de nuestra continua vigilancia y participación para lograr llevar a cabo el proceso de regular la temperatura, por lo que no podremos olvidarnos de este cuando, en medio de la noche, queramos bajar (o aumentar) la temperatura.

También, como es evidente, este tipo de termostato no proporciona ningún tipo de ayuda en lo relacionado con el ahorro energético.

Radiadores

Usualmente el tamaño del radiador es importante. En función del tamaño de la habitación, el radiado tendrá que variar el tamaño para poder afrontar eficientemente las demandas de calefacción de dicho espacio.

Por lo general, el tamaño de los radiadores se determina por la cantidad de tubos o “costillas” que tienen. A mayor tamaño de la habitación, más cantidad de “costillas” deberá tener para poder ofrecer una adecuada calefacción.

Llaves que van al radiador

Una de las preocupaciones de muchas personas es el hecho de no poder ser eficientes a la hora de generar una buena cantidad de calefacción. Para solucionar este problema, se suele hacer uso de las denominadas llaves termostáticas. Estas son, en esencia, una forma bastante útil de ahorrar energía en el radiador.

Este tipo de llaves cuentan con la propiedad de no permitir el paso del agua en el momento en que el radiador proporcionado la cantidad de calor necesaria para que la temperatura de la habitación se encuentre en el punto deseado; enviando el agua al siguiente radiador que lo necesite.

Esto permite que las temperaturas en las habitaciones se adapten no solo a la necesidad de las personas que se encuentren en ellas, sino al uso que se le da a cada una de las habitaciones del hogar. Ahora bien, este tipo de llaves pueden ser encontradas en dos tipos diferentes.

Instalación bitubo

Este tipo de instalación cuenta con la particularidad de permitir que el agua circule de forma directa hacia el radiador desde el tubo general de calefacción. Esto hace que todo el sistema funciona a una mayor velocidad.

Instalación monotubo

Esta funciona un poco distinta al caso anterior. En este caso el agua va de un radiador a otro, perdiendo temperatura en el proceso y, por tanto, necesitando de mucho más tiempo para poder calentar correctamente una habitación.

En este tipo de instalaciones, es necesario que se encuentren muy bien dimensionadas, pues de lo contrario no se podrá lograr de manera correcta una buena climatización de la vivienda, llegando a tener que aumentar considerablemente los niveles del termostato para cubrir las demandas de calefacción de ciertas habitaciones (perdiendo más energía en el proceso).

Como es evidente, la mejor opción disponible tanto por una cuestión de eficiencia, como por una cuestión de ahorro de energía, es hacer uso de las llaves termostáticas.

¿Cuándo debemos considerar apagar nuestra caldera de gasoil?

La cuestión es que existen algunos casos en donde deberíamos considerar apagar la caldera de gasoil. A continuación, vamos a comentar los escenarios más relevantes en donde deberíamos considerar dejar descansar a nuestra caldera un tiempo.

Uso de placas solares.

Uno de los sistemas que ha ganado una considerable popularidad en los últimos años son las placas solares. Sin embargo, en caso de que contemos con uno de estos sistemas de energías renovables, deberíamos considerar mantener nuestra caldera apagada.

El uso de las placas puede generar un gasto constate de energía, por lo que no conviene tener ambas trabajando en el mismo momento.

Calderas que usen gas

La realidad es que una caldera encendida va a estar continuamente consumiendo energía. Es por esto que, en caso de que tengamos que irnos de vacaciones o estar simplemente ausentes por una temporada de nuestra vivienda, lo ideal es apagar o directamente desconectar la caldera.

También se recomienda que cerremos la llave de paso del agua , del gas y el acumulador. Esto se hace para evitar que ocurran posible inundaciones o peores accidentes.

Radiadores

Los radiadores también forman una parte importante de todo el sistema de calefacción. Es por esto que, en caso de que no estemos haciendo uso de la caldera, lo recomendado es no cerrar los radiadores. Esto se debe a que, en caso de que la caldera este apagada, los radiadores no podrán funcionar por si solos.

El continuo uso de las llaves pare cerrar y abrir el paso del agua de los radiadores puede hacer que el mecanismo de estos se estropee.

¿Qué hacer con la caldera en las épocas de invierno?

Una pregunta que muchas personas tienen es qué hacer con la caldera en las épocas con las temperaturas más bajas. ¿es recomendable apagar la caldera en las épocas de invierno? No, no es algo recomendable.

La razón detrás de esto es bastante clara: apagar la caldera puede provocar que las tuberías revienten. Por tanto, si las temperaturas son muy bajas, no debemos dejar apagar la caldera.

De igual forma, tampoco se recomienda estar apagando y encendiendo la caldera de forma intermitente. Esto se debe a que, para que el sistema de calefacción funcione correctamente, es necesario que la temperatura se mantenga más o menos constante a lo largo de toda la vivienda.

Esto solo es posible si la caldera tiene el tiempo suficiente de trabajo. Si la apagamos y encendemos constantemente solo estaremos desperdiciando energía.

¿Cómo afecta todo esto al consumo?

La realidad es que las calderas que podremos encontrarnos en la actualidad pueden llegar a ser razonablemente eficientes. Sin embargo, si la ausencia de nuestra vivienda va a ser muy prolongada, lo mejor que podemos hacer es apagar la caldera.

En resumen, en la gran mayoría de los casos no es recomendable que apaguemos la caldera de nuestra vivienda, más aún si lo que estamos buscando es lograr un consumo menor de energía. Lo mejor que podemos hacer es configurar el termostato a temperaturas bajas para evitar un consumo de energía muy alto.