Conoce cómo purgar radiadores , ya que, en invierno, los radiadores son un elemento indispensable en muchos hogares y en verano que se empiezan a realizar las reformas en los pisos es indispensable realizar un buen mantenimiento para evitar que ocurra que no calienten lo suficiente cuando queremos utilizarlos.
Esto se debe a que se ha acumulado aire en el sistema de calefacción, por lo que el agua no circula correctamente y los radiadores no desprenden calor de manera uniforme. Para evitar estos problemas, lo mejor es purgar los radiadores antes de utilizar la calefacción.
Si vives en una casa de varias plantas, hay que comprobar cada radiador, aunque es más habitual que se acumule aire en los radiadores de las plantas superiores.
Si al purgar sale aire y muy poca agua, es aconsejable encender la calefacción antes de continuar con el purgado. También es aconsejable empezar a purgar los radiadores más cercanos a la caldera, ya que el combustible llega allí primero.
A continuación, te explicamos qué debes hacer para purgar tu radiador. Asimismo, te daremos más detalles sobre qué técnicas y consejos realizar.
¿Qué es purgar los radiadores?
Este proceso elimina el exceso de aire en las tuberías de agua caliente que forman parte del sistema de calefacción. La aparición de aire se debe a 3 razones:
-
Corte del suministro de agua a los radiadores.
-
Evaporación del agua del circuito de calefacción.
-
Los radiadores han estado apagados durante un largo periodo de tiempo.
El fenómeno del aire en el circuito de calefacción de gas es completamente normal, ya que el agua contiene oxígeno que queda atrapado en los radiadores cuando el agua se evapora.
La mayoría de los radiadores tienen una válvula llamada “purgador” que se utiliza para eliminar el aire del interior del radiador. Este purgado puede hacerlo el propio usuario o un profesional.
¿Por qué y cuándo se deben purgar los radiadores?
En este apartado te explicamos por qué es importante purgar tu radiador y también cuándo hacerlo.
¿Por qué es importante purgar los radiadores?
Si un radiador no se calienta correctamente, el termostato no se dispara, pero la caldera sigue funcionando porque no puede alcanzar la temperatura programada. Como resultado, la caldera tiene que trabajar el doble y consumimos más energía porque el sistema de calefacción no funciona eficazmente.
Es importante asegurarse de que el sistema de calefacción funciona correctamente. Un sistema de calefacción eficiente evita el derroche de energía y, por lo tanto, ahorra energía.
¿Cuándo debemos purgar los radiadores?
Los mejores meses para purgar los radiadores son septiembre y octubre, justo antes de que empiece la temporada principal de calefacción.
Es aconsejable no esperar a que bajen las temperaturas y necesitemos la calefacción, ya que si no la hemos purgado antes, estará funcionando “a medio gas”, derrochando energía y dinero.
¿Por qué se acumula aire en un radiador de gas natural?
El aire se acumula en un radiador de gas de su sistema de calefacción por varias razones:
- Porque la caldera se pone en marcha por primera vez.
- Ha estado apagado durante mucho tiempo y no ha funcionado.
- Por el proceso de evaporación del agua del interior del radiador por efecto del calor.
- Cambios en la instalación de los elementos calefactores.
En cualquier caso, debe purgar el aire de sus radiadores utilizando la válvula prevista para ello. Si tiene un contrato de mantenimiento de su instalación de gas natural, el técnico autorizado realizará el purgado.
¿Cómo se purgan los radiadores?
El purgado de los radiadores de un sistema de calefacción de gas es una medida de mantenimiento muy sencilla que cualquier usuario puede llevar a cabo por sí mismo.
Si es necesario purgar los radiadores manualmente, hay que seguir los siguientes pasos:
En primer lugar, comprueba si la caldera está encendida. En el caso de radiadores individuales, lo mejor es apagar la caldera unas horas antes del purgado para que salga el aire.
Coloque un vaso o recipiente debajo del purgador para recoger el agua que pueda salir durante el purgado.
Gire lentamente el tornillo de purga hacia la izquierda con un destornillador plano. Es mejor no abrir demasiado la válvula para evitar que se escape una gran cantidad de agua a la vez.
Esperamos hasta que haya salido todo el aire del radiador. Esto es fácilmente reconocible por el sistema que emite y, al terminar, sale un poco de agua.
Cuando el agua salga en un chorrito continuo, cierra la válvula de purga.
Por último, comprueba la presión de la caldera. Debe estar entre 1 y 1,5 bares.
¿Cómo hacerlo como un profesional?
Para purgar correctamente los radiadores y asegurar un correcto equilibrado hidráulico de la instalación, primero debemos cerrar con una llave la entrada de agua del radiador (el orificio de cierre situado en la parte inferior, donde se conecta la tubería al aparato).
Repite el proceso de purgado abriendo la válvula con el destornillador, pero esta vez espera a que salga toda el agua del radiador hasta que salga el aire.
Ahora abre un poco el grifo para que se vuelva a llenar y salga un chorro de agua.
Cierra el grifo de vaciado y deja el radiador cerrado. De esta forma, la nevera ya está vaciada al 100 %.
Como ya se ha dicho, es aconsejable comprobar la presión de la caldera entre el purgado de un radiador y otro. Vacíe, purgue, cierre y compruebe la presión, de uno en uno. Recuerde empezar el purgado por el radiador más cercano a la caldera en el circuito de calefacción.
Si quedan dos radiadores, cerrar uno de ellos para que la caldera funcione con un solo radiador. Purgamos éste y luego lo abrimos para purgar el otro, asegurándonos siempre de que al menos un radiador está en funcionamiento.
Cuando los dos radiadores estén funcionando y no se oiga más ruido, abrimos poco a poco todos los radiadores para comprobar si alguno de ellos está haciendo ruido por si todavía hay aire en la tubería.
Purga de radiadores de calefacción central
El purgado de los radiadores se realiza en todos los sistemas de calefacción de gas, independientemente de su tipo y construcción. Aunque la casa esté en un edificio con calefacción central, debe purgarse para garantizar una calefacción uniforme y eficaz durante el invierno.
En este caso, es importante que el responsable de la instalación esté informado de que los radiadores deben ventilarse y debe indicar si el sistema de calefacción se ha llenado de agua. Si el sistema contiene agua, los vecinos pueden purgar sus radiadores. El responsable es responsable de que la caldera tenga la presión correcta para un funcionamiento seguro.
Mantenimiento de la caldera de gas
Además del purgado de los radiadores , el mantenimiento de la caldera de gas es esencial para el buen funcionamiento del sistema de calefacción. En este caso, el mantenimiento de la caldera se lleva a cabo mediante inspecciones periódicas, que permitirán mejorar el sistema si se detecta algún defecto.
Las calderas de gas deben revisarse cada 24 meses. En este caso, el consumidor puede encargar la inspección a la empresa que considere oportuna.
No obstante, la inspección obligatoria de gas ordenada por el Ministerio de Industria de cada Comunidad Autónoma debe ser realizada cada 5 años por la compañía suministradora de gas, que cobrará el importe de la inspección en la correspondiente factura de gas.
Servicios de mantenimiento prestados por la compañía suministradora de gas
Las compañías suministradoras de gas suelen ofrecer servicios de mantenimiento a sus clientes, que incluyen determinadas revisiones y seguros en caso de reparaciones.
Estos servicios adicionales suelen ser de pago y pueden ser obligatorios al contratar determinadas tarifas de gas. Sin embargo, también existen ofertas promocionales en las que estos servicios son gratuitos durante un determinado periodo de tiempo.
¿Qué pasa si mi radiador tiene una válvula automática?
Los radiadores fabricados en aluminio suelen tener un purgador automático porque tienden a acumular aire en su interior.
Es un sistema muy práctico en el que la operación se realiza inmediatamente cuando el radiador detecta el problema. Además, estas válvulas son útiles si el radiador está en un lugar alto o en rincones de difícil acceso al desagüe.
Consejos tras purgar los radiadores
Una vez purgados nuestros radiadores, es el momento de tomar ciertas medidas para asegurarnos de que todo funciona correctamente.
Comprobar la presión de la caldera
Después de purgar los radiadores , comprueba que la presión del agua de la caldera es la correcta, es decir, entre 1 y 2 bares. Si el manómetro indica una presión superior, es posible que el purgado no se haya realizado correctamente y haya que repetir el proceso.
Si, por el contrario, la presión es inferior a 1 bar, hay que abrir la válvula situada debajo de la caldera para que el manómetro alcance el rango correcto. Hay que recordar que una presión correcta evitará futuros problemas en el funcionamiento de la caldera.
Complicaciones al purgar los radiadores
Si vives en una casa de campo o en un edificio antiguo en el que no se han sustituido los radiadores, es posible que no puedas purgarlos fácilmente. Si el radiador no tiene válvula de purga, se puede contratar a un profesional para que instale una.
Otro inconveniente es que las tuberías pueden presentar incrustaciones y obstrucciones en esos lugares. En estos casos, es importante contratar a un técnico de calefacción para que revise el radiador, ya que pueden ser necesarias técnicas y equipos profesionales.
¿Cómo limpiar un radiador?
Antes o después de purgar un radiador , es aconsejable limpiarlo, ya que la suciedad y los restos de óxido se acumulan en su interior.
Para ello, cerramos las llaves de paso. A continuación, ponemos periódicos viejos o trapos en el suelo para recoger la suciedad y evitar manchas en el suelo.
Tras el vaciado, limpiamos el polvo del exterior y de la parte trasera.
Para una mejor limpieza, podemos poner un trapo húmedo debajo del radiador y otro en la pared y pasar un secador de pelo por encima. Esto aflojará rápidamente el polvo y se pegará al paño húmedo.
Una vez eliminado el polvo del interior, es aconsejable utilizar un limpiador de vapor para quitar la suciedad más incrustada y eliminar las manchas que se hayan formado en el radiador.
Por último, limpie la superficie con un paño empapado en un producto desengrasante diluido en agua caliente para eliminar todos los residuos.
No todo depende de ventilar los radiadores
Además de ventilar los radiadores, hay otras medidas que se pueden tomar para garantizar un funcionamiento óptimo de estos aparatos emisores de calor.
La correcta colocación de los radiadores es crucial
Los radiadores suelen colocarse debajo de las ventanas para que el aire caliente se distribuya bien por la habitación.
En algunos casos, se colocan cubreradiadores o elementos que (aunque muy decorativos y estéticos) no permiten una correcta distribución del calor.
Lo mismo ocurre con los acabados de pintura. Los radiadores pueden ser de distintos materiales (como aluminio o acero) y las capas de pintura son un obstáculo, al igual que los cubreradiadores.
Los radiadores deben revisarse con regularidad
Si un radiador no funciona al 100 % de su capacidad, significa que el sistema de calefacción no está funcionando de forma eficiente y, por tanto, se está desperdiciando energía innecesariamente.
Por este motivo, cualquier rotura, daño o fuga que se detecte debe repararse con rapidez y llamar a un profesional cualificado para que revise el radiador y lo sustituya si es necesario.
En el caso de los sistemas de calefacción central, debe informarse con antelación de cualquier sustitución de radiadores, ya que puede afectar al funcionamiento general del sistema.
Mantenimiento y limpieza periódicas
Además de limpiar los radiadores, es importante mantenerlos limpios y libres de suciedad y polvo.
Los depósitos de polvo pueden dificultar la circulación del calor, por lo que hay que emplear más energía para alcanzar la temperatura de confort en la habitación.
Para evitarlo, utilice una aspiradora o un secador de pelo para eliminar el polvo de las rendijas y un cepillo especial para llegar a los recovecos donde pueden acumularse las partículas.
Después, es aconsejable limpiar la suciedad que quede en el exterior del radiador con un paño húmedo.
Por último, utilice un paño seco para evitar que el radiador se oxide.
Conclusión
Como puede ver, la limpieza de radiadores es un proceso bastante sencillo que puede realizarse en casa sin necesidad de recurrir a un profesional. También recuerda ubicarlo en una zona o ubicación ideal para evitar su deterioro y problemas al momento de su uso.
Por otro lado, si los problemas son mayores de lo que esperabas, lo mejor es consultar a un profesional.
- ¿Cómo purgar radiadores? Consejos y técnicas
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