La lejía es un producto que se usa generalmente como limpiador y esto es un error, ya que tiene como función principal desinfectar las superficies en las que se aplica, en vista de que tiene la capacidad de combatir y eliminar los gérmenes y las bacterias en un corto período. 

Un aliado ideal para desinfectar todo en el hogar es la lejía, que se prepara con una fórmula especial de hipoclorito de sodio muy potente, por lo que no debe utilizarse sin tomar en consideración algunas recomendaciones de las que te hablaremos a continuación. 

Hipoclorito ¿qué es y por qué es tan potente?

El hipoclorito de sodio es un tipo de sal alcalina que tiene una propiedad desinfectante gracias a que es oxidante. Dependiendo de la temperatura del agua y el nivel de acidez que posee se transforma en otros productos oxidantes, entre los que se encuentra la lejía. 

La lejía es un gran destructor de materia orgánica como los ácidos grasos, por ejemplo, al tiempo que neutraliza los aminoácidos que componen las proteínas y eso es lo que lo convierte en un desinfectante muy potente que es capaz de romper la pared celular de las bacterias y los virus. 

De hecho, este producto tiene una capacidad de oxidación tal que se emplea como un blanqueador de textiles y otros materiales. 

Recomendaciones para un buen uso de la lejía

Hay muchos errores que suelen cometerse a la hora de utilizar la lejía para desinfectar algunas superficies y que deben evitarse con estas recomendaciones, sin olvidar que no es un producto limpiador

Rebajarla con agua fría

A la hora de desinfectar cualquier tipo de superficie es necesario mezclarla con agua, en una proporción equivalente a 20 ml de producto por cada litro de agua. Con esto basta para eliminar cualquier tipo de bacteria. 

Es importante que se diluya en agua fría, en vista de que al hacerlo con agua caliente el cloro se evapora por completo, perdiendo así las propiedades desinfectantes que posee. 

Preparar la mezcla justo antes de usarla

En vista de que la lejía se evapora al durar unas horas mezclada con el agua y pierde así sus propiedades, es importante prepararla antes de utilizarla y en las proporciones adecuadas. Ten en cuenta que, si dejas esta mezcla en reposo, comenzará a tener un olor desagradable después de 24 horas

Usa guantes

La lejía posee una fórmula que resulta bastante fuerte, por lo que al utilizarla sin usar guantes puede provocar una dermatitis, irritaciones o alergias en la piel. Además, provoca mucha sequedad en las manos y tiene un olor que resulta muy difícil de quitar. Al terminar el proceso de limpieza tienes que lavar bien los guantes.

Nunca la mezcles con otros productos

La lejía no debe mezclarse nunca con otros productos como el alcohol, el amoníaco, el vinagre, el detergente o cualquier otro, en vista de que esto puede resultar muy perjudicial para la salud por la reacción química que esto produce. La mezcla de estas sustancias afecta especialmente las vías respiratorias. 

Usar la cantidad adecuadae

Usar más lejía de la que recomiendan los expertos no es una garantía de que estás logrando una desinfección más profunda, por lo que basta con seguir las instrucciones de los fabricantes para evitar exponerse a algún tipo de intoxicación o cualquier otro riesgo para la salud. 

Úsala como desinfectante

En vista de que la lejía no es una sustancia limpiadora, debes utilizarla solamente para eliminar virus, bacterias y gérmenes de una superficie específica. Esto quiere decir que debes hacer primero una limpieza adecuada para eliminar las partículas de polvo antes de pasar un paño con lejía para la desinfección. 

También es importante que tengas en cuenta que el cloro es corrosivo y por ello no puede utilizarse en todas las superficies. Por ejemplo, los elementos con acabados cromados, de aluminio, de plástico o acero inoxidable pueden sufrir un proceso de oxidación o daño por la aplicación de la lejía. 

No dejes las verduras en remojo con lejía

En caso de que quieras eliminar las bacterias presentes en algunas frutas y verduras, tienes que diluir aún más la lejía en el agua, aumentando la proporción de esta última. Para consumir estos alimentos de manera segura puedes sumergirlos durante cinco minutos en una mezcla equivalente a una cucharadita pequeña de lejía (4,5ml) en tres litros de agua. 

Después de esto tienes que aclararlas con mucha agua para dejar que los restos del producto salgan de los comestibles. De lo contrario, es posible que queden contraminados y eso puede provocar problemas de salud considerables. 

No limpies la orina de los perros con lejía

Un error frecuente que cometen las personas que tienen mascotas es utilizar la lejía como producto para limpiar la orina de los perros y evitar que estos vuelvan a hacer su necesidad en el mismo lugar. Esto no es lo más adecuado porque aun cuando desinfecta el sitio, a los canes les agrada el olor del producto y hace que repitan la acción de orinarse allí. En este sentido, el vinagre siempre será una buena opción. 

Ventila el área en la que usas la lejía

Siempre que utilices la lejía para desinfectar una superficie o elemento, lo más adecuado es garantizar la ventilación del lugar para hacer que el aire circule adecuadamente en el ambiente. Esto es porque al usar este producto en espacios cerrados se inhala y esto irrita las mucosas nasales. 

Deja que actúe correctamente

La mejor manera de usar la lejía es impregnar la superficie con ella usando un paño mojado con la solución de un litro de agua por 20 ml de lejía, dejando que actúe por un minuto como mínimo. En caso de que observes que se evapora rápidamente es que ha perdido su eficacia. 

Cuida las salpicaduras

La lejía en contacto directo con la ropa provoca daños en los tejidos de la tela, aclarándola justo donde ha caído, por lo que tienes que cuidarte de salpicar tus prendas cuando la manipulas, evitando que haya niños cerca y que pueda caerte en tus mucosas.